miércoles, 21 de noviembre de 2012

Soñando las Vacaciones

Hace unos días con un poco de tiempo y cargo de conciencia por no haberlo hecho antes empecé a ojear un libro maravilloso que me lo regalaron en la Navidad pasada (por suerte que no se alcanzó a cumplir un año sin haberlo mirado). En realidad, como el título del ejemplar es 1001 Lugares que hay que visitar antes de morir encontré que teniendo vacaciones ad portas esta era una buena forma de soñar.

Y por supuesto como una tiene el mal de la ansiedad en el ADN, lo primero que busqué en forma casi compulsiva qué lugares de Chile habían sido escogidos…

Para nuestra tranquilidad, encontré páginas con lindas fotografías y textos de los emblemáticos: Valle de la Luna; Desierto de Atacama; Salar de Atacama; Geisers del Tatío y Lago Chungará. Hacia el sur y la Patagonia, Volcán Antuco; Reserva Natural de Malalcahuello; el siempre presente Parque Nacional Torres del Paine; Salto Grande; Laguna San Rafael; Fiordos Chilenos; Glaciar Balmaceda y Canal Beagle.

Un poco al azar y dejándome llevar por las imágenes mentales de las añoradas vacaciones de verano me detuve y registré información sobre la Reserva de Malalcahuello- Nalcas, ubicada al norte de la Región de la Araucanía.








En realidad, esta reserva Natural, una de las tantas que encontramos en la Región, es conocida porque ahí está el volcán Lonquimay que ofrece una impresionante vista con sus faldas que aportan un despliegue de rasgos volcánicos. Ahí anida el cóndor y desde la cima del Lonquimay son visibles otros 14 volcanes. Las elevaciones más bajas del parque y del volcán incluyen bosques combinados de hayas, robles, laureles y araucarias que dominan las zonas más secas y expuestas. Conocidos como bosques valdivianos -húmedos cubiertos de musgos y revestidos de helechos- son ricos en especies de plantas endémicas y en especies de mamíferos y aves.




Hay también lagunas, ríos y ciénagas, y un salto de agua de 50 metros de altura. Esta Reserva alberga más de 400 especies de aves; el venado enano; la huiña; el zorro colorado; el huemul (especie en peligro de extinción) y también la ranita de Darwin, que incuba sus crías en un saco gutural.
Se accede a la Reserva Natural Malalcahuello desde la Ruta 5 Sur por Lautaro o Victoria, a Curacautín y Malalcahuello. Como está ubicada a 120 Km. de Temuco, lo más probable es que la capital regional sea parada obligada. Y de verdad recorrer la ciudad de Temuco bien merece la pena.

Temuco, riqueza étnica y poesía
En lengua mapuche “temuco” significa “agua del temu”, árbol originario de esta zona que puede observarse en toda la región junto a la araucaria. La naturaleza, con sus bosques y árboles  generosos que nos cobijan de la lluvia o nos protegen del sol en verano están siempre presente.
En el centro de Temuco se encuentra el Monumento Natural Cerro Ñielol, la única Área Silvestre Protegida de Chile que se encuentra en el radio urbano de una ciudad. Es un Monumento Natural de 90 hectáreas y  un paseo por uno de sus senderos nos permite conectarnos con especies nativas como boldos, peumos, olivillos, robles, laureles y ulmos y apreciar el copihue, la flor nacional. A sus pies se firmó en 1881 el parlamento de paz entre mapuches y chilenos.
La historia de esas tierras es fascinante y una  visita al Museo Regional de Temuco, ubicado en una antigua casona colonial declarada Monumento Histórico Nacional con  sus más de tres mil objetos que comprenden colecciones pictóricas, fotográficas y arqueológicas de la Araucanía, es muy recomendable.




El pasado de la Araucanía nos habla de un pueblo guerrero que resistió la conquista española como ninguna etnia en el sur de América, pero también nos lleva a uno de los mayores talentos literarios que ha tenido Chile: a la poesía de Pablo Neruda quien vivió sus primeros años en la ciudad de la Araucanía "Temuco es una ciudad pionera, de esas ciudades sin pasado, pero con ferreterías. Como los indios no saben leer, las ferreterías ostentan sus notables emblemas en las calles", contaba el Premio Nóbel.
Como homenaje al poeta en el centenario de su nacimiento, la ciudad  inauguró el Museo Ferroviario Pablo Neruda. Y es que el poeta creció entre las máquinas que su padre, un conductor ferroviario, guiaba entre Temuco y Santiago. Toda la vida del ilustre artista estuvo relacionada con rieles y locomotoras. Igual que la historia del desarrollo de la Araucanía.




 Junto al bosque omnipresente y a la lluvia, Neruda hace referencia a los aromas de Temuco “Las tablas de la casa olían a bosque, a selva pura” escribía. En el Mercado Municipal viven los olores y colores de la ciudad. Por ello es uno de los hitos turísticos de la ciudad. Es ahí donde cientos de pequeñas tiendas de artesanías y souvenirs se mezclan con los olores de los restaurantes que ofrecen una variada y atractiva cocina local.

Como homenaje al poeta en el centenario de su nacimiento, la ciudad  inauguró el Museo Ferroviario Pablo Neruda. Y es que el poeta creció entre las máquinas que su padre, un conductor ferroviario, guiaba entre Temuco y Santiago. Toda la vida del ilustre artista estuvo relacionada con rieles y locomotoras. Igual que la historia del desarrollo de la Araucanía.




Artesania
La Región de la Araucanía posee una artesanía muy interesante y rica en significados gracias al pueblo Mapuche.
Con los tejidos a telar con lanas ovilladas se fabrican mantas, frazadas, chamales y otras prendas. Las  lanas son teñidas en diferentes colores con raíces y elementos de la naturaleza como la nalca o relvún para los tonos rojos (Kelü), maqui o barro para los negros ( Kurü), cochayuyo o radal para los pardos (Kolü).     
Mientras la mujer trabaja el telar, los hombres hacen el tallado en madera. , los cuales son trabajados con motivos campesinos u objetos mapuches, como instrumentos musicales, tallados de algunas joyas mapuches. La estatuaria es principalmente de madera nativa y se distinguen en este arte los Rewes  monumento sagrado del pueblo mapuche, las cuales representan escalas ceremoniales, los ngillatúe o figuras antropomorfas que representan a las deidades y presiden las rogativas.
Otra artesanía importante es la elaboración de jarros, jarrones y cántaros hechos en greda y los cuales tienen distintos significados y usos de acuerdo a los motivos que presentan.  

Gastronomía

Conocer una cultura a través de los sabores locales es una tendencia del turismo actual.
Del pueblo mapuche aprendemos lo más importante a  través de su comida: el respeto a la tierra. La cocina mapuche tiene su base en el medio ambiente y las estaciones del año.
Así, la carta de un restaurante de identidad mapuche de Curarrehue, en primavera se inclina a los platos con brotes de coligüe, frutas y verduras; en el verano y en época de piñones se puede disfrutar de una larga lista de platos basados en este producto, como una exquisita sopa de piñones con finas hierbas, pastel de piñón con changle (hongo que crece en los bosques de Robles) o piñones cocidos con salsa de merquén.
El propósito de éste y otros restaurantes locales es rescatar e innovar en la preparación de platos que tienen un componente ancestral como base. Torta y galletas de piñones, brotes de quila, carne de caballo, merquén, manzana y murtilla, se convierten en delicados platos y jugos que encantan a los turistas. . 
La clásica gastronomía  que se encuentra en Temuco o los balnearios de Villarrica y Pucón, se caracterizan por su variedad y sabores. Desde un simple plato de legumbres o ensaladas, hasta una abundante cazuela o paila marina,  empanadas, pastel de choclos (maíz) y humitas (maíz rallado y cocido, condimentado con cebolla y envuelto en las hojas de las mazorcas) o un plato de pescados y mariscos, todo sabe bien en la zona.



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